KATOPODIS - DAVID ALVAREZ

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jueves, 14 de diciembre de 2017

Por la democracia contra la represión social y la depredación de la calidad de vida de nuestros jubilados

Por David Alvarez
"Hoy nos tocó vivir una jornada represiva que nos hizo rememorar las trágicas jornadas del 19 y 20 de diciembre de 2001", lamentaron los organismos de Derechos Humanos y exigieron al "presidente Macri el cese inmediato de la represión a los manifestantes que fueron a reclamar contra el ajuste previsional", y la "inmediata libertad de todos los detenidos y detenidas". La imagen de un Congreso blindado por fuerzas de seguridad para impedir que los ciudadanos se acerquen para expresar públicamente su oposición a lo que, a todas luces, resulta un nuevo atropello a los derechos de quienes menos tienen, es una clara expresión de una democracia restringida en cuanto a su esencia: manifestar la diferencia.   Desde el gobierno se naturaliza el despliegue de fuerzas de seguridad para acallar las voces disidentes y todo con la excusa de un futuro mejor. Poco creíble para quienes intentan expresarse en las calles, pero todavía aceptable por buena parte de la ciudadanía que apoya "el cambio".
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Aunque contradictoriamente asuma que puede ser perjudicado por las medidas del gobierno y  que terminan siendo funcionales.  Quien discrepa, quien se expresa, en contra de los deseos oficiales, está "poniendo palos en la rueda", es contrario a la democracia.  La reforma previsional que quiere el gobierno de Macri ilumina con nitidez el carácter clasista de su gobierno. La mal llamada “reforma”, en realidad es depredar a los jubilados quitandoles una cifra que gira en torno a los 100.000 millones de pesos para bancar el déficit fiscal y las astronómicas deudas contraídas por el gobierno de Macri en su fallido intento de otorgar sustentabilidad a un programa que claramente carece de ella. Hoy son múltiples los sectores capitalistas –tanto nacionales como los que prestan dinero al gobierno de Macri desde afuera- que se benefician de este gigantesco atraco que, ciertamente, no quedará impune.  "Cambiemos", en su soberbia, y su autoritarismo represivo, creen que la historia terminó al ganar las elecciones legislativas. Craso error. No se dan cuenta que la historia recién comienza y que en menos de dos años, en el 2019, un pueblo empobrecido, privado de sus derechos más elementales, sometido a un apagón mediático e informativo sin precedentes en democracia, con dirigentes presos sin condena, luchadores sociales fusilados por la espalda u otros desaparecidos y muertos en circunstancias aún no aclaradas. Un pueblo, que contempla azorado como la protesta social legítima y pacífica se reprime con saña para que los sectores más vulnerables e indefensos de la Argentina sean por ley obligados a pagar los costos del ajuste.  Quien conozca la historia de la Argentina comprenderá que políticas como las que quiere imponer el gobierno de Macri -¡y de la forma en que pretende hacerlo!- siempre tropezaron con una formidable reacción popular. Y esta vez no será diferente...

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